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miércoles, 20 de noviembre de 2019

El descubrimiento de las Minas del Riotinto.


Es una pena, pero tendemos a hacer turismo fuera de nuestro país y valoramos menos el turismo nacional.
Cuando estando en Huelva una amiga me preguntó si conocía las minas del río tinto, me dio apuro decirle que no, pero esa es la verdad.
Eso sí, en este caso pusimos solución de inmediato. Reservamos tour y al día siguiente nos pusimos en marcha.

¿Conoces tú las Minas del Riotinto?
Vista desde el tren de época del Río Tinto
Río Tinto

Qué incluye la visita
Incluye la ruta guiada de las antiguas minas paralelos al Río Tinto en tren de época, visita con guía a Peña del Hierro, visita por libre al museo y por último visita a una casa del Staff inglés. Ese fue el orden que nosotros hicimos, pero puedes cambiarlo, o incluso dejar de visitar algo. Si tienes que elegir te puedo decir que no pasa absolutamente nada si dejas de ir a la casa del Staff.

Así se llama el pueblo de Huelva. Nació en la Edad de Cobre, con el desarrollo de la mina y se consolidó con los romanos. La introducción por parte de éstos de nuevas técnicas permitió la continuación de los trabajos mineros. Se puede ver de hecho una reproducción de mina Romana en el museo, para verla tienes que entrar y recorrerla. Os aviso, al menos a mí, me dio mucha angustia y hubo un momento que hasta me alteré. Es demasiada estrecha para dar la vuelta (además viene gente detrás y no es posible) y se me hizo demasiado larga, pero sin remedio al final tienes que terminar la galería ¡Uf, ¡qué mal lo pasé!

Durante la visita a las minas
A orillas del Río Tinto
Recorrido en Tren.
Para mí fue lo más divertido de la visita. Dura una hora y tres cuartos, más o menos. Mientras la recorres el guía te va contando, sin parar, durante tres cuartos de hora, lo que vas viendo, y toda la historia de las Minas y sus distintas explotaciones, curiosidades, etc. Por supuesto lo que más llama la atención es el río de color Tinto... A la vuelta puedes disfrutar ya sin la información del guía del mismo recorrido, pero por el otro lado.
Una pregunta que todos nos hicimos fue si podíamos tocar el agua del río Tinto  y la respuesta es rotunda: Mejor que no. Es corrosiva y como decía el guía “te puedes llevar un suvenir de aquí poco recomendable, eso sí típico”. Así que es mejor no meter nada en sus aguas y mucho menos beberlas.
Ya sabéis que el color rojo es por “la meteorización de minerales que contienen sulfuros de metales pesados hallados en los yacimientos a lo largo del río. Estos yacimientos son depósitos hidrotermales compuestos en gran medida por rocas de pirita (sulfuro de hierro (II) y calcopirita (disulfuro de hierro y cobre).”

Y que sepas también que como el cobre vuelve a ser rentable, están de nuevo activas desde el 2015.

Peña del Hierro.
Lago artificial. Marte en la Tierra
Peña del Hierro
Aquí recorres un túnel con casco incluido, que, aunque es ancho se hace eterno, para llegar a un lago artificial de agua Tinta.
A todo el conjunto se le llama Parque Minero de riotinto y su slogan es Marte en la Tierra. Esto es porque la NASA ha estado investigando el agua y sus bacterias, que son lo más parecido a lo que hay en marte. Así que estuvimos en un pedacito de Marte en la Tierra ¿A que mola?

El Museo.
Es muy interesante por varios detalles: uno de ellos por la recreación de la  mina romana de la que os he hablado y otras por ejemplo porque puedes leer los telegramas que se enviaban en la época, cuando hubo una huelga, y otros casos curiosos.  Sorprende la forma de expresarse y lo que ocurría... Me llamó muchísimo la atención.

La casa del Staff
La verdad que nos lo podíamos haber ahorrado. Es una casa tipo inglesa de la época. Bueno ya que estás en el pueblo puedes pasarte a verla, son diez minutos. A mí mucha ilusión no me hizo, porque no hay nada curioso en ella.

en el que se mencionan los premios otorgados
La anécdota
Tengo un amigo que dice que siempre me pasa algo en los viajes o cuando voy a comer a algún sitio nuevo. en realidad, siempre nos pasa algo a todos, otra cosa es, que lo recordemos o queramos contarlo. la anécdota de este viaje es difícil de contar brevemente, pero puedo intentarlo.
Alquilamos un coche para seis que no era para seis, era más bien para cinco, el caso es que uno de nosotros, mi amigo Manolo, aquí el señor fotógrafo, tuvo que meterse literalmente en el maletero... con asiento, pero maletero, compartir viaje con maletas y comerse las rodillas, literalmente. Lo peor sin duda era meterse y salir de allí. creo que tuvo agujetas durante una semana y eso que, a falta de dos días del fin del viaje, descubrimos que había una palanca, que no hacía falta que saltara por encima :) La verdad que nos reímos mucho con esta anécdota que nos acompañó durante los cinco días que duró este viaje, Huelva – Sevilla.
¡¡¡Un ole por Manolo!!!

Viaje a Huelva: Octubre / noviembre 2019.

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miércoles, 13 de noviembre de 2019

¡Lola, por Dios!


En el pasado post, que si no has leído puedes hacerlo pinchando en este enlace, Sevilla, cuestión de elección, os hablaba de mi visita de 24 horas a Sevilla y os comentaba que llegamos el sábado al mediodía, justo para comer.
En el post de hoy os hablo del restaurante, o más bien bar de tapas, que encontramos por casualidad y en un momento de desesperación. ¡Cómo es la vida! acertamos de pleno, si llegamos a buscarlo a propósito no nos hubiera salido tan bien. 
Yo posando, al fondo el ayuntamiento
Plaza del ayuntamiento en Sevilla
Pero empecemos por el principio…

Llegada a Sevilla.
Una locura. Estuvimos media hora larga dando vueltas con un único objetivo ¡ENCONTRAR APARCAMIENTO! La verdad que no sé si era un fin de semana complicado porque el viernes 1 de noviembre es fiesta nacional y los españoles aprovechamos, todos, para ir a Sevilla, o sin embargo es lo habitual por allí, pero fue desesperante. Justo antes de tirar la toalla y dirigirnos a un parking, pasamos junto a una placita encantadora con arbolitos, mesas altas y bajas con sillas y taburetes de colores y yo exclamé eso de “qué plaza más chula”. No obstante, pasamos de largo, concentrados en dirigirnos a la entrada del parking y justo antes de entrar… ¡Chan chan! Allí estaba un sitio estupendo para aparcar. Así que no fue necesario entrar al aparcamiento de pago y además estábamos al lado de la placita, era la hora de comer y estábamos cansados … era una señal, sin duda.

Y nos encontramos con Lola, La Chalá.
Foto de la portada de la Carta
Carta / Menú
Resulta que en esa plaza que nos resultó tan agradable, en la esquina, justo en la calle Conde de Torrejón 21, se sitúa un restaurante, bar de tapas, que merece mucho la pena conocer. Lola, por Dios (La Chalá).
Sí, estábamos en pleno barrio de Santa Cruz, centro de Sevilla, había sitio para los seis aventureros y hambrientos visitantes y además cocinan de muerte.

Las apariencias engañan.
Es un sitio pequeño, pero acogedor y sirven tapas y eso al principio me hizo dudar: porque tenía mucha hambre y porque mis acompañantes son de buen comer. Se me olvidó que estábamos en Andalucía y que comer de tapas por allí no es lo mismo que en Madrid.
Os diré, que nos aconsejaron dos tapas por persona y quedamos más que satisfechos, a excepción de uno que pidió una tercera, pero fue más gula que hambre (arrrosito wok con verduras salteadas ¡estaba impresionante!)

Arriba, arroz de cortijo con setas, abajo a la izquierda, huevo frito con tarta de atún rojo y patatas fritas  y a la derecha la famosa ensaladilla
Arroz de cortijo, los huevos y la ensaladilla
La comida.
Yo me pedí tomate extra pelado y aliñado (ya sabréis mi vicio por el buen tomate y en Andalucía hay mucho, esto os lo cuento en el post en el que hablo de Terraceo en la puerta del sol en Madrid y el viento del norte) y arroz de cortijo con setas. Acerté de pleno con ambos platos. Como siempre acompañado de un buen vino.
No os perdáis las fotos de cómo estaban presentados las tapas y el tamaño de las mismas porque lo dicen todo.
Otros platos que pude probar de mis acompañantes, aparte del Arrosito J : Del apartado de “Nuestros clásicos” el queso canario de cabra ahumado y la ensaladilla Amelia, que fue recomendación de gran éxito por partida triple del camarero. El apartado “De aquí” también tuvo mucho éxito con mi tomate (que era sin duda jamón de la huerta, como llaman en Córdoba al buen tomate) y el serranito roll. Pero sobre todo el “de la Tierra” con los dos arroces y el “Del Mar” con el huevo frito con tarta de atún rojo y patatas fritas  y las albóndigas de choco. Tampoco tienen desperdicio los platos que se ofertan en el apartado “De allí”, con arepas, tacos y demás inventos latinos, con aires españoles o “El Rey del Mambo”, con pulpito y Lagarto ibérico de bellota
Yo lo aderecé todo con un buen vino tinto y otros con cerveza, la había artesana de trigo, que desde hace unos años se ha puesto de moda.
 
Arriba a la derecha, tomate pelado, a la izquierda el queso canario ahumado, abajo izquierda el arrosito y a la derecha el serranito roll
Tomate, queso ahumado, arrosito y el serranito roll
Mi recomendación.
Aparte de que si vais por Sevilla os paséis, que confiéis en las recomendaciones de los camareros que saben de lo que hablan.
Fue un verdadero placer dar con este local.




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