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martes, 29 de octubre de 2013

Príncipe de Asturias de la Concordia

El pasado viernes fue un día de celebración  para las personas que pertenecemos y formamos parte de una u otra manera a la Organización Nacional de Ciegos Españoles, la  ONCE. El 25 de octubre de 2013 recibíamos, en el espectacular teatro de Campoamor de Oviedo,  el premio Príncipe de Asturias de la Concordia.
Un premio más, que ha sido el colofón de un 2013 lleno de festejos y reconocimientos, ya que llega en un año en el que la ONCE cumple nada más y nada menos que 75 años.
Personalmente para mí fue un acto muy emotivo y tengo que confesar que me lo pasé llorando. Ver a Liv, una de las alumnas afiliadas de la ONCE, saltando de alegría, aplaudiendo al público y tirando besos, fue lo más emocionante que he visto en años.
No es que no me hiciera ilusión ver a nuestro presidente o a la compañera ciega con su perrita, la alegría que me embargaba era por el hecho en sí de que nos otorgaran el premio, pero os confieso que soy muy sensible a los peques y me encantó ver como Liv expresaba su felicidad y como se lo agradecía al pueblo español, encarnado por el público en el teatro, con aplausos y besos.
Fue la representación de lo que a todos los miembros de la” gran familia ONCE” como lo llama nuestro presidente, nos gustaría haber hecho.
Sin duda le debemos todo a la ONCE, una oportunidad tras otra, de poder vivir en las mismas condiciones que el resto de personas sin ninguna discapacidad. La labor social de la ONCE, y sus servicios sociales, son ejemplares y admirados fuera de nuestras fronteras, realmente únicos. Esta organización te apoya desde el primer momento, como rezaba el precioso anuncio publicitario de la ONCE de hace unos siete años, “SEAS QUIEN SEAS, SEAS COMO SEAS, BIENVENIDO”. Te da oportunidades, algo que hoy en día lamentablemente no es fácil, como la laboral, que te permite vivir y realizarte como persona, y que ahora más que nunca es tan deseada por su dificultad. Todo eso es posible, gracias a que los españoles compran una ilusión, en forma de cupón o ticket ahora también. 
Es así de sencillo, nosotros vendemos ilusión, vosotros nos dais oportunidades.
Realmente la ONCE somos lo que somos gracias a nuestro esfuerzo diario sin duda, pero no podemos olvidar el apoyo indiscutible e incansable del resto de españoles, sin el que no veríamos los frutos,  y por eso hay que aplaudir y tiraros besos a todos.
¡¡¡¡¡APLAUSOS!!!!! Y MUCHOS BESOS.

Os dejo el video de agradecimiento que ha preparado la ONCE, que seguro ya habéis visto, pero que me viene perfecto para daros las GRACIAS. De momento en estos días lo encontraréis en la página web de la ONCE.


miércoles, 9 de octubre de 2013

El juego de la pila.

Cuéntame ¿Cuánto tiempo dedicas al día a tu teléfono móvil?

Empleamos muchas horas a leer y contestar Whatsapp, pero no es solo eso, es que ahora con los móviles actuales, en especial con los denominados “teléfonos inteligentes” o más conocidos por su denominación en inglés “smart phones” puedes recibir tus correos y contestarlos de inmediato, estar al segundo de lo que se publica en facebook o twitter, buscar por Internet lo que necesites y enviar y recibir fotos, videos y chistes a cualquier hora del día.

Con todas estas posibilidades es muy difícil resistirse a la tentación y acabamos mirando el terminal constantemente, tanto que en algunos casos crea adicción. Y si no cuéntame ¿Qué piensas cuándo se te acaba la batería del móvil?

De hecho, no es mi caso, pero conozco a personas que nunca lo apagan y que incluso duermen junto a él.

Ciertamente es una excelente opción cuando estás disfrutando de tiempos muertos en los que no tienes nada que hacer, por ejemplo en la sala de espera del médico, en los eternos viajes en el metro o cuando esperas a un amigo que no termina de llegar.

El problema surge cuando es tanta la dependencia que aún estando en buena compañía no puedes evitar echar un vistazo a tu aparato. Por ejemplo en quedadas con amigos o comidas familiares. Precisamente para esto se han inventado un jueguecito los Americanos, quiénes si no, “El juego de la pila”.

Parece ser que se ha convertido en algo común en restaurantes neoyorquinos. El juego es sencillo, los allí reunidos depositan sus móviles en el centro de la mesa antes de comenzar la comida, picoteo o reunión y allí deben quedarse toda la velada. El primero que se rinda y lo coja debe pagar la cuenta. Aún cuando estén sonando los avisos de mensajes o te llamen por teléfono, el asunto es ignorarlo y seguir disfrutando de las personas con las que estás.

¿Te atreves a intentarlo? ¿Puedes vivir unas horas sin hacer caso a tu teléfono móvil?

Inténtalo y me cuentas.

Por cierto, cuando esto sonaba en la radio y se veia en el super programa de la Mtv, Headbangersball, no existián los móviles. Mi sensación es de que fue ayer, pero me temo que han pasado unos añitos...