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martes, 31 de diciembre de 2019

Disfrutando de los mercadillos navideños europeos por barco.


Mercadillos navideños europeos
Ya os he comentado en alguna ocasión lo que me gustan los cruceros sobre todo los fluviales. El motivo fundamental es que son muy cómodos. Te desplazas por distintos países, visitas muchas ciudades y no tienes que cargar con maletas, ni estar sentado en un autobús largas horas en la carretera. Los barcos son hoteles con todas las comodidades.


Sobre los cruceros fluviales y la vida en el barco.

Mi primer viaje en crucero fluvial fue en 2008 y por el río Danubio. En once años los barcos han mejorado mucho, no obstante recuerdo ese primer viaje con especial cariño.

También he hecho el del río Rin y el del río Volga. Este último os lo contaba en este artículo: Ocho amigos en un barco recorriendo Rusia.

La vida en el barco
Volver de una intensa jornada turística, normalmente fría y lluviosa, a veces incluso con nieve y encontrarte con un recibimiento de vino caliente con especias (el famoso Glühwein), que tu única preocupación sea la hora de la cena y que sepas que al día siguiente vas a amanecer a orillas de otro precioso pueblo, no tiene precio...

Son barcos más pequeños y familiares que los marítimos. 
Por supuesto al ser un espacio limitado todo es más reducido, pero no echarás nada en falta.

En breve os hago un artículo concreto sobre la vida en un barco fluvial ¡¡¡ prometido!!!


Glühwein
Los cruceros y los mercadillos navideños.

Hasta el momento he realizado 6 cruceros fluviales, 3 de ellos en invierno y con un motivo concreto VISITAR LOS MERCADILLOS NAVIDEÑOS.

Se está convirtiendo en una tradición. Aprovecho el puente de diciembre y la verdad que hasta ahora la experiencia es extraordinaria.

El primero fue por los países bajos: Bruselas, Brujas, Gante, Amberes y Ámsterdam; el segundo por el rin, fundamentalmente por Alemania y este año hemos hecho uno por la Alsacia y la Selva negra que como os podéis imaginar, no ha estado nada mal.

Es fundamental que te gusten los mercadillos navideños, que no tengas miedo al frio y la nieve y que estés dispuesto a descansar poco, porque a diferencia de los cruceros estivales, en estos solo tienes cuatro días para disfrutarlo y hay que aprovechar el tiempo.

Árbol de Navidad

Mercadillos Navideños

Alemania, Bélgica y Francia tienen algo en común. Sus mercadillos navideños tienen mucha alma.

Además de los puestos, tienes música, comida, buen ambiente y en realidad son un sitio de reunión para quedar con amigos y comer, beber y pasarlo bien. Si se tercia pues compras algo, desde adornos navideños, luces, comida típica, productos artesanos, en fin, lo que quieras.

Los hay más grandes, más luminosos, solidarios, par a niños, ...

Cada uno es distinto del otro, con casetas de madera,
Luces, adornos y mucha gente
La noche en el mercadillo
rojas, blancas, adornos de todo tipo y tamaño, tiovivos, pistas de patinaje...

Sé lo que estáis pensando, sí, además de ver mercadillos te da tiempo de sobra a visitar las ciudades, comer, comprar...

Nieve, llubia y frío, pero se disfruta
Llegada Nevada a Amberes

Mi recomendación:

Sé que es publicidad gratis, pero es totalmente cierto, y prometo que nadie me paga nada por escribir esto. Los mejores barcos y sobre todo la mejor organización y el mejor personal, el valor humano que es el más importante, lo tienen Politours. He ido con otras navieras y simplemente no hay color.



Queda pendiente escribir sobre la vida en un barco fluvial.
La vida en el barco
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domingo, 1 de diciembre de 2019

Uno beach club, en el sitio y momento adecuado.



Os sitúo: Punta Umbría, Huelva. Un hotel grande, casi lleno y con un restaurante mal insonorizado y demasiado grande y lleno.
Estoy Junto al mar en Punta Umbrñia, Huelva
Junto al mar en Punta Umbria, Huelva

No sé si a vosotros os pasa, cuando yo voy a sitios de esos, se me quita las ganas de comer. No saboreo la comida, engullo para terminar cuanto antes y salir de ese infierno de ruido… será que me hago mayor.

En principio fuimos a un sitio cercano al hotel. Desde el coche vimos que no éramos los únicos que habíamos pensado en “huir” del ruidoso restaurante del hotel. Decidimos continuar junto al mar y en algún momento todos pensamos que fue mala idea porque nos encontramos varios “chiringuitos” cerrados (en octubre casi noviembre, es temporada baja), pero finalmente dimos con uno que estaba en ese momento completamente vacio, pero que tenía muy buena pinta. Se llama Uno Beach Club y, lo sé, lo sé, pero es que es verdad, si no, no os lo contaría, acertamos de pleno.

Está junto al mar y tiene delante una barca
El restaurante
ACLARACIÓN: Hay muchas veces que no se acierta con los restaurantes, lo que pasa es que no os lo cuento. Solo escribo y recomiendo lo que me gusta. Soy de las que pienso que lo que vale la pena compartir son las cosas buenas de la vida.

Tanto nos gustó que tras esa comida, encargamos un arrocito rico para el día siguiente ¡Hicimos doblete!




Con la comida y bebida ya puestas
La mesa
El restaurante.
Es una estructura que yo llamo tipo pecera en la que te da igual dónde sentarte ya que siempre ves el mar.
Comer o cenar junto al mar es muy relajante. Si además tienes buena compañía y la comida es de calidad, la vida se ve de otro color.
Y desde luego en ese momento yo necesitaba ver la vida de un color, digamos menos negro, más colorido J Quizá también por ese motivo me sentí tan a gusto en ese lugar.

Arroz con carabineros
 La carta
En la carta hay de todo, aunque en estas situaciones siempre uno tira más por el pescado, que fue lo que más triunfó, el primer día. El segundo sin duda el arroz con carabineros y eso que fue para cenar, que parece que sueles buscar comida menos pesada, pero nos sentó de bien...





A destacar:
Ensalada Uno Beach Club
La ensalada Uno Beach Club con espinacas crujientes, helado de queso de cabra, arándanos, langostinos y vinagreta de cereza.

hamburguesa de atún rojo
Hamburguesa de atún rojo con salsa tártara y cebolla confitada en pan de brioche.
Lenguado y lubina al horno, totalmente libre de espinas.
El postre: Espuma de coco y anís con cremoso de chocolate y galleta de jengibre.




Hicimos hasta un video de cómo hacer un buen gintonic…Porque eso fue otra. Estábamos tan relajados que no queríamos irnos de allí.

 
Tan feliz con mi arroz
Mi recomendación:
Intentar relajarse y buscar sitios distintos, sin masificar. No porque u restaurante esté más lleno es mejor, a veces simplemente está más cerca.

Disfrutar de los momentos y las compañías, porque nada vuelve, son momentos únicos.





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