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jueves, 24 de octubre de 2019

Noche de chicas atrevidas en el Mono Rosa.



Te aviso: si no eres una persona atrevida culinariamente hablando, es decir, que no te lanzas a probar, no te gusta el picante, ni los nombres raros, no sigas leyendo, porque te va a entrar ganas de ir igualmente y al final lo vas a probar... y tendrás que repetir ¡¡¡yo ya te he avisado!!!!
En luces blancas "Pink Monkey"
Luminoso del restaurante

Cómo encontré el restaurante.
Íba con una amiga a otro restaurante con  tiempo suficiente y paramos a tomar un vinito primero. Nos llamó la atención la decoración, es muy llamativa. Luces en tonos rosa y morado, ambiente cálido y acogedor y buena sonorización, que parece que no, pero eso es muy importante cuando además de comer te gusta charlar.
Así que me lo apunté y en cuanto hubo ocasión y alguien dijo eso de “Por fin tenemos fecha, ahora hay que buscar sitio ¿se os ocurre alguno?” pues allí que me lancé. Sí, ya sé, algo osada sin haberlo probado primero, pero me salió bien... hay que arriesgar en la vida, ya se sabe.

Quien, dónde, cómo, ....
Se llama Pink Monkey y está entre la plaza de Colón de Madrid y Alonso Martínez. Cocina asiática muy original que ellos definen como “Un restaurante de ambiente desenfadado y canalla que apuesta por la fusión de gastronomías de diferentes latitudes: platos del sudeste asiático, reinterpretados con técnicas e ingredientes de la cocina peruana”. El culpable es el chef Luis de los Ríos.

Tengo que decir que no podía tener mejor compañía.  Tres amigas a las que les gusta probarlo todo, incluido el picante. También confieso que costó elegir, pero simplemente porque había una persona medio vegana y una intolerante del todo... y cuando se comparte en esas condiciones la cosa no es sencilla y también, por supuesto, porque había tanto plato apetecible que se hace complicado seleccionar solo unos pocos.
Fotos de los platos que comimos
Nuestras elecciones
En esto he de decir que los trabajadores del restaurante son los mejores. Nos aconsejaron sin prisas, escuchando atentamente, contándonos cómo se hacían los platos, qué era cada ingrediente, e incluso de dónde venían con anécdotas de la infancia incluidas.

Qué platos probamos:
Os adelanto que nuestras elecciones fueron excepcionales, aunque intuyo que si hubiéramos escogido otros platos también hubiéramos acertado:
Poke de Salmón, Tiradito de Atún, Ceviche criollo de corvina con leche de tigre, Arroz chaupa salteado al wok y por supuesto los postres Brioche con maracuya y sorbete limón grass. Todo regado con un excelente vino, que eso nunca puede faltar.
Nos quedamos con ganas de probar muchas cosas cómo: Dumpling de rabo de toro con foie, Wook de nooddles, Kebab indonesio, Curry rojo thai y un largo etcétera.

Mi recomendación:
Tienes menú degustación, que creo que será lo próximo que me pida cuando vuelva, porque pienso volver, menús ejecutivos, menús exprés, platos para vegetarianos y veganos... todo pensado.
En color morado y rosa "No more monkey business"
luminoso baños
El local es precioso, tienes una terraza cubierta a la entrada que para el buen tiempo es ideal. Si no hay personas esperando puedes quedarte a tomar un “digestivo”, es un sitio muy agradable, y no te pierdas los baños....

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jueves, 17 de octubre de 2019

Múnich, Baviera, Alemania.


Ahora que estamos inmersos en esa festividad cervecera que es el Oktoberfest, os cuento mi visita a Múnich, ciudad donde esta celebración se vive por todo lo alto.

Ya os adelanto que es una de esas ciudades en las que no me importaría vivir durante un tiempo. Tiene todo a mano. Jardines inmensos para pasear, hacer deporte, tomarte una buena cerveza..., barrios animados tanto de día como de noche y personas amables y correctas que te hacen el día a día más llevadero.

Continúo con mi viaje de este verano. Empezamos en Viena, te lo cuento aquí: Viaje a Viena en dos días y medio, nos trasladamos a Salzburgo, en este post puedes leerlo: Un día en Salzburgo y nos fuimos desde allí el tren (En tren por Austria) hacia Múnich (Baviera, Alemania).
Nos esperaban cuatro días estupendos en una ciudad que de verdad os digo que merece mucho la pena.
 
Yo en la Marienplatz, repleta de gente, al fondo el antiguo ayuntamiento.
La Marienplatz
También os aconsejo que, si vais más de tres días, como hicimos nosotros, os cojáis alguna excursión, porque os dará tiempo de sobra. Nosotros fuimos a ver los castillos del rey loco, pero eso te lo contaré más adelante.
Si te organizas un fin de semana, puedes ver la ciudad y vivirla perfectamente, porque excepto quizá el Palacio de Nymphenburg, prácticamente todo lo interesante está muy cerca y como yo digo, es una ciudad muy recogidita.

Llegada pasada por agua.
Llegamos un martes por la tarde de finales de agosto y caía el diluvio universal…. parecía que nos estaban echando cubos de agua encima. Esto desanima, pero fue solo la bienvenida. Afortunadamente el resto de los días nos hizo tiempo otoñal, de lujo.

Qué ver en Múnich.
Empezamos a recorrer la capital de Baviera por el centro,  visitando la Marienplatz. Ese fue nuestro punto de partida el resto de los días. Allí se encuentra el antiguo y el nuevo ayuntamiento, solo la arquitectura del edificio es impresionante, también subimos a su torre para ver desde arriba las vistas de la ciudad, no aptos para personas con vértigo, ni para personas “grandes”, porque es una torre muy estrecha y pequeña y aunque controlan que haya un número de personas limitado, agobia bastante. Además, tiene un carillón, un poco largo de duración para mi gusto, pero es que salen figuras y representan la historia de la ciudad…y eso lleva su tiempo.

Parte de la fachada y la torre del nuevo ayuntamiento de Munich
El Nuevo ayuntamiento de Munich
Para llegar a la plaza atravesamos una de las puertas de la muralla, la de Karlstor. Quedan tres de las cuatro en pie y muy bien conservadas (como para volver al hotel teníamos que salir por la que era la antigua muralla que rodeaba Múnich en la época medieval, al final las vimos y atravesamos todas: la puerta de Isartor y la de Sendlinger Tor). Desde allí recorrimos calles comerciales muy animadas a todas horas, iglesias y otros monumentos.

La visita más larga para la que hay que echar prácticamente toda la mañana es la de la Residenz o Palacio real, fue la residencia oficial de la monarquía bávara desde el siglo XVI hasta el XX. Hay tres posibilidades de entradas, nosotros cogimos la triple, así que pudimos ver el Palacio, el tesoro (museo) y el Teatro Cuvilliés. Eso sí tener en cuenta que en el Palacio puedes estar mínimo 3 horas y os aconsejo las audio guías. Vale mucho, mucho la pena. Sin embargo, el teatro lo ves en diez minutos, lo que no quita que sea una preciosidad.
Yo en el interior del teatro. Imposible hacer una foto sin turistas detras
Teatro Cuvillés

Para comer nos atrevimos a introducirnos en la Cervecería Hofbräuhaus. Y digo lo de atrevernos porque estaba hasta los topes, pero milagrosamente encontramos sitio en una mesa que se quedaba en ese momento libre. Mucha música, ambiente festivo, camareros eficientes y comida típica babara, aliñada con cerveza alemana de su propia marca, claro, porque se trata de una antigua fábrica de cerveza reconvertida en restaurante. Me recordaba a la fábrica de la Estrella Galicia en A Coruña, pero la alemana mucho más grande, más llena y con más ambiente musical (en España ponemos tele y fútbol… somos así, los alemanes, ponen músicos y los comensales aplauden, bailan, ríen… toda una fiesta…)

Además de que esta cervecería está muy céntrica, abre ininterrumpidamente desde las nueve hasta las once de la noche…. Y nos han contado que durante el OktoberFest está más llena todavía... difícil de imaginar.

Destacar también la Iglesia de San Pedro, el templo católico más antiguo de Alemania. Estaban restaurando la fachada así que las fotos no quedaron muy bien, pero pudimos verla perfectamente por dentro.

Sitios al aire libre muy recomendables.
Tuvimos suerte de que nos hiciera al final, tan buen tiempo, porque pudimos disfrutar mucho al aire libre:

Lo que más nos gustó:

El mercado de  Viktualienmarkt, situado en el casco antiguo, cerca de la Marienplatz (bueno todo está cerca, como ya os he dicho todo está muy recogidito). El mercado además de los puestos típicos tiene terracitas para beber y comer lo que compres allí.

Un inmenso lago y al fondo un bosque. Todo verde intenso.
English Garden
El jardín Englischer Garten o Jardín Inglés. Una pasada, de grande, y de bonito. Para mí uno de los jardines más impresionantes ¡Creo que podría superar al Central Park en mi lista de jardines!  Allí te esperan lagos, bosques y esculturas, amplias zonas verdes y por supuesto una cervecería tamaño inmenso, con mesas para aburrir y una organización en las barras digna de admirar( biergartens).




Quizá es lo que este más apartado del centro en Múnich. Con todo eso nosotros fuimos andando, porque nos gusta conocer la ciudad a pie. Eso sí echamos más de una hora de camino de ida y otra de vuelta.
Yo posando rodeada de naturaleza, al fondo una casita de madera.
Jardines del Palacio de Nymphenburg

Fue la residencia de verano de la familia real de Baviera. Els un palacio enorme y lo más importante es que se conserva fenomenal. Para visitarlo hay que echarle un par de horas al menos. No por el interior que se ve rápido, si no por el bosque y los cuatro palacetes (Pagodenburg, Badenburg, Magdalenenklause, Amalienburg ) y el templo neoclásico Monopteros, que allí se encuentran. Hay que caminar de uno a otro y echarle su tiempo, ya que las distancias son largas (recordad que los jardines en Alemania están hechos a lo grande). Merece la pena y además si hace un buen día, disfrutas de la naturaleza. Por último y antes de salir en el edificio de la derecha se encuentran las caballerizas. Lo más interesante aquí es ver las carrozas que utilizaron a lo largo de muchos años, como evolucionaron y la extravagancia de las que pertenecían al Rey Loco... sí, os debo hablaros de este personaje y sus castillos, pero como no quiero que este texto se haga muy largo, lo dejo para próximos capítulos.

Viaje a Munich (1ª Parte) – Agosto 2019

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