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lunes, 2 de diciembre de 2013

El Duelo

Una amiga mía está pasando un mal momento por culpa de una ruptura sentimental y me apuntó que sería un tema interesante para mi blog, hablar del Modelo de Kübler-Ross.
En primer lugar me gustaría decirle que estoy muy emocionada porque lea mi blog y sobre todo porque me sugiera temas, además tan interesantes.
Coincide también con que tengo amigos y familiares que han sufrido hace poco una gran pérdida y lo están pasando realmente mal.
No obstante no voy a hablar exactamente de este modelo que Kübler-Ross originalmente aplicó a las personas que sufren enfermedades terminales, aunque de hecho se aplica a cualquier tipo de pérdida. Para los que no estéis muy familiarizados con el desarrollo de este modelo, os cuento que se trata de las etapas del duelo: Negación, Ira, Negociación, Depresión y Aceptación.
La verdad que estoy bastante familiarizada con el asunto porque llevo casi cuatro años escuchando hablar de esto a profesionales que lo conocen bien. El tema de mi entrada de hoy es El Duelo en general.
Absolutamente todos hemos pasado, y seguiremos enfrentándonos, a momentos en nuestras vidas tremendamente duros. Situaciones difíciles, que suelen cambiar nuestra realidad, y para las que nadie está preparado, por lo que nos cuesta mucho digerirlas. Ese duelo, en forma de angustia, de ansiedad y de desolación a veces, hay que pasarlo para poder superar los miedos que conlleva el cambio que suelen suponer esas circunstancias arduas.
Cuando la persona que está sufriendo es una persona cercana a ti, suele doler tanto verla mal que intentamos que se salte ese proceso. Ayudar a animarla no es malo, pero cuando nos encabezonamos en convencerla de que no debe pasarlo, ahí es cuando nos equivocamos.
En nuestro amor y afán porque los seres queridos sean felices olvidamos  que todos tenemos que pasar el momento de duelo, que es personal e intransferible, además de imprescindible para poder seguir adelante.
Es normal, tendemos a ser protectores con los demás y olvidamos cuando hemos pasado por situaciones parecidas. De hecho en algunas ocasiones, las personas cercanas pasan también su propio duelo al verte así.
Dime que nunca te has preguntado cosas cómo:
-        “Estoy bien no te preocupes”, cuando estás realmente mal. NEGACIÓN
-         “¿Porque todo me pasa a mí?, IRA
-         ¡Daría lo que sea por volver a mi vida de antes o me cambiaría por ti”, NEGOCIACIÓN
-         “Me siento frustrado y deprimido, no tiene sentido que siga cuidándome o luchando, o buscando trabajo, no sirve para nada”, DEPRESIÓN
-        y finalmente llega la aceptación asumir que tienes unas nuevas circunstancias y que hay que seguir adelante, ACEPTACIÓN.
Estoy segura de que todos hemos pasado este proceso, en mayor o menor medida. Porque lo que he aprendido en estos años es que hasta el niño pequeño que por ejemplo, se enfada con un amiguito, tiene que pasar su momento de duelo por esa pérdida.
Obviamente no todos los duelos que pasamos en nuestra vida tienen la misma intensidad, no es lo mismo perder un trabajo, que tener un aborto o que te roben el bolso. Algunos son más difíciles de superar que otros y el proceso puede durar más tiempo de lo que nos gustaría o podemos no pasar todas las etapas. Depende mucho de nuestra madurez, estado mental, fuerza, circunstancias,... en fin cada persona es un mundo.
Quiero enviar muchos ánimos a todos los que están pasando actualmente ese proceso, recordarles que al final del túnel hay luz y también aprovechar para hacer un reconocimiento a la familia y a los amigos, por estar siempre cerca, dispuestos a animar y ayudar.

2 comentarios:

  1. Totalmente de acuerdo con el artículo. Según sea la persona y su manera de llevar el duelo podemos meter la pata y agobiar en lugar de ayudar. Creo que lo mejor es hacer saber a la persona que estás ahí para lo que necesite y si ella realmente necesita de tí te lo hará saber.

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  2. ¡Me ha encantado tu post Gracia! Como sabes yo soy una de esas personas que está pasando por un duelo, y he de reconocer que la gente se ha portado bastante bien conmigo, mejor de lo que esperaba, pero cierto es que NO AYUDA en absluto que con unas palabras quieran borrar nuestro dolor, así no funciona esto... Hay que pasarlo por muy doloroso que sea. Gracias a tod@s mis amig@s que me habéis apoyado sin menospreciar mi dolor. Isabel L.

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