Este podría ser el título traducido al español de una de las conferencias con la que más he disfrutado últimamente, la de la escritora africana Chimamanda Adichie.
No es solo porque el tema es interesante en sí mismo, sino por cómo lo cuenta. Es una gran escritora y sin duda una gran comunicadora.
Lo que explica en esencia es lo negativo de que las personas conozcamos tan solo una historia de algo. Es decir que con solo un fragmento de información nunca podrás conocer el todo de nada, ni nadie. A veces porque es una pequeña parte y te falta conocer el resto y otras porque es una versión, no el detalle real.
Las anécdotas son muy aclaratorias. Cuenta con muchísima gracia, como, cuando se trasladó a estudiar a la Universidad en Estados Unidos su compañera de habitación en la residencia estaba totalmente contrariada por lo bien que hablaba inglés, por lo bien que vestía y porque le gustara la música de María Carey, confesándole más tarde que no tenía ni idea de que el inglés es la lengua oficial en Nigeria, que podía haber africanos cultos y de clase media y sintiéndose realmente decepcionada porque su compañera exótica de habitación no pusiera música tribal a todas horas. Casi tuvo que pedir perdón por ser africana y haber tenido una infancia feliz.
Esto nos pasa a todos. De hecho ella misma cuenta que cuando viajó por primera vez a México, tras vivir muchos años en Estados Unidos y escuchar la misma “cantinela” sobre los mejicanos, absolutamente todos los días en los medios de comunicación, por supuesto hablamos de los mejicanos inmigrantes, se quedó realmente extrañada cuando vio a gente “normal” yendo a trabajar, comiendo con amigos, etc.
Seguro que estás pensando en mil cosas que te han ocurrido a ti por lo mismo. A veces solo conocemos un testimonio, una pequeña parcela de la realidad. Por ejemplo sobre España ¿Cuántas veces fuera de nuestro país y al decir que sois españoles os han dicho eso de “Toros, toreros”? Pues sí, todavía hay gente que cree que en España vamos todos con trajes de lunares y toreando por las calles... Esa es la única historia que conocen de nuestro país y es lo que esperan encontrar. Bueno, y ahora con la crisis ni te cuento, cualquier otra cosa que les cuentes de España, les sorprenderá.
Y ¿Cuántas veces has juzgado a las personas por una sola referencia? Imagino que unas cuantas. El problema es que cuando a todos nos machacan, principalmente los medios de comunicación, pero también en la literatura, el arte, etc., con un testimonio concreto, al final terminas asumiendo inconscientemente que es el único. Ahí está el peligro, juzgar a las personas por un único suceso
Me pasó cuando leí la magnífica novela de Markus Zusak “La ladrona de libros”. Pues sí, estaba tan saturada de leer sobre los alemanes y lo malísimos que fueron con los judíos, que se me había olvidado que hubo alemanes no judíos que también sufrieron las penurias de una guerra.
Intentemos contar más historias, para que las personas tengan diversos y variados puntos de vista.
¡Os deseo una estupenda Semana Santa!
Por si queréis conocer más sobre esta jovén escritora, os dejo su página web: http://www.l3.ulg.ac.be/adichie/index.html
Genial relato Gracia, tan cierto. Es muy peligroso tener ideas preconcebidas y conocer solo un lado de la historia... En el caso que comentas, a mi me da rabia que si bien a pesar de que no hay que negar la barbarie del holocausto judío, la historia injustamente ha olvidado a alemanes así como otras nacionalidades contrarias a las ideas Nacional socialistas, españoles que nuestro caudillo mandaba para allá, gitanos y gays.... a mi me gustaría leer o ver alguna película sobre como lo pasaron por ejemplo los homosexuales en esos días... pero supongo que como el poder está en manos de los judíos, seguiremos teniendo historia para rato.... y ojo que lo que pasó es injustificable se mire por donde se mire y mas de un pueblo tan ético y civilizado cono el teutón. Bs, Isabel L.
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